Recientemente me integré al grupo de colaboradores periodísticos de Yahoo! Associated Content para publicar textos sobre temas culturales en inglés. Mi primera orden de trabajo -que en un sentido estricto era también mi examen de admisión- fue escribir sobre mi literato favorito en 400 palabras. Ésta sería la primera ocasión en que no tendría un corrector de estilo en idioma inglés que bendijera mi texto y decidí que mi padrino para esta aventura fuera Edgar Allan Poe, mi escritor favorito a lo largo de mi infancia y adolescencia.
¿Por qué Edgar Allan Poe? En primer lugar porque es un clásico de la literatura universal; luego porque es un escritor ícono de la literatura estadounidense —americana, le dicen sus coterráneos— y finalmente porque sus historias de horror psicológico son un referente constante y obligado en mi aún breve obra literaria.
Apenas estaba yo en la promoción de mi primer artículo publicado por Yahoo!, Edgar Allan Poe: Timeless Horror, Great Reading, cuando encontré en medios de comunicación internacionales que la casa-museo del escritor y periodista en Baltimore, que actualmente se sostiene de las aportaciones monetarias de los aficionados a la obra de Poe, podría cerrar en Junio de 2012 debido a que por segundo año consecutivo las autoridades del departamento de planeación presupuestal de la ciudad decidieron suspender subsidios para el recinto cultural al considerar que las actividades del museo no se ajustan a los criterios de “servicios básicos” para la población, aunque el diario The New York Times hace notar que Baltimore sigue financiando al museo del beisbolista Babe Ruth, a unas cuantas calles del de Poe.
No es necesario obviar lo lamentable que resulta que en épocas de crisis económica, los gobiernos excluyan a las actividades culturales de las “prioridades” para la vida de la población, como si la ciudadanía estuviera integrada por simples bestias de trabajo sin opción de entretenimiento y enriquecimiento intelectual.
La cultura es lo que distingue a los humanos de otras especies en el planeta, y quizá en todo el universo. Entonces, la insensibilidad de políticos y administradores públicos ante las actividades culturales que no son rentables en términos financieros, que por cierto no es privativa de los funcionarios de la ciudad de Baltimore, en el estado norteamericano de Maryland, da cuenta de un sistema sociopolítico inhumano, por cuanto que en cualquier sociedad civilizada, el desarrollo intelectual de los ciudadanos es tan importante como tener alimentos, un hogar seguro, agua y electricidad.
Un grupo de intelectuales estadounidenses, encabezado por el actor y productor Mark Redfield, quien dio vida en 2006 a Poe en una película, ha convocado a firmar una petición dirigida a la alcalde de esa ciudad, Stephanie Rawlings-Blake, para que no se suspenda el financiamiento a la casa-museo, administrada actualmente por la Comisión para la Preservación Histórica y Arquitectónica de la alcaldía de Baltimore (CHAP, por sus siglas en inglés) . Al momento de escribir este texto, la petición de los aficionados a la obra de Poe había rebasado las expectativas de reunir cinco mil firmas, sumando algo así como 5,922 peticionarios, que supongo irán aumentando al paso de los días y abrirán la puerta a la razón histórica para mantener funcionando el museo.
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